
Sangrado Uterino Anormal
El sangrado uterino anormal es muy común entre las mujeres. Puede ocurrir a cualquier edad y debido a muchas causas. A veces, es posible tratarlo fácilmente, el primer paso del tratamiento consiste en determinar la causa.
El ciclo menstrual normal
Durante el ciclo menstrual, los ovarios producen dos hormonas, denominadas estrógeno y progesterona. Cada mes, estas hormonas estimulan el desarrollo del endometrio en preparación para un posible embarazo.
Aproximadamente a los 12 ó 14 días antes del comienzo del periodo, uno de los ovarios libera un óvulo. Esto se llama ovulación. El óvulo posteriormente se traslada a una de las trompas de Falopio.
Allí puede fertilizarlo un espermatozoide. Si no se fertiliza, no ocurre un embarazo. Entonces, se reducen los niveles hormonales.
Esta reducción hormonal es una señal para que se desprenda el revestimiento del útero. Este desprendimiento es el periodo menstrual.
El ciclo comienza el primer día de sangrado de un periodo y termina el primer día del siguiente periodo. En la mayoría de las mujeres, el ciclo dura aproximadamente 28 días. Los ciclos que duran menos de 7 se consideran normales.
Sangrado Anormal
El sangrado se considera anormal cuando éste ocurre en las siguientes situaciones:
- Sangrado entre periodos
- Sangrado después de tener relaciones sexuales
- Manchas de sangre en cualquier momento del ciclo menstrual
- Sangrado más intenso o durante más días de lo normal
- Sangrado después la menopausia
- Cuando los ciclos menstruales duran más de 35 días o menos de 21 días se consideran anormales.
- La ausencia de periodos durante 3 a 6 meses (amenorrea) también es anormal.
Causas del Sangrado Uterino Anormal
Algunas de las condiciones que pueden causar un sangrado anormal son las siguientes:
- Embarazos
- Abortos involuntarios
- Embarazos ectópicos
- Problemas relacionados con algunos métodos anticonceptivos, como el dispositivo
- intrauterino (iud) o las píldoras anticonceptivas
- Infección en el útero o el cuello uterino
- Fibromas
- Problemas con la coagulación de la sangre
- Pólipos
- Ciertos tipos de cáncer, como cáncer del útero, del cuello uterino o de la vagina
- Ciertas enfermedades crónicas (por ejemplo, problemas con la tiroides o la diabetes)